Las culturas que se encuentran en el mundo en el que vivimos se parecen cada vez más, las ciudades tienen el mismo tipo de edificios, todos hablamos inglés y vemos las mismas películas. Para no olvidar lo que un día fue nuestra civilización, su modo de vida o sus criterios estéticos se hace lo que se puede por conservar los monumentos que estas civilizaciones un día nos dejaron. Así conservamos las pirámides de Egipto, el discóbolo de Mirón, pinturas de Goya o partituras de J. S. Bach.
Sin embargo hay elementos de esta cultura que no son tan fáciles de conservar, aquellos a los que llamamos intangibles, que engloban la cultura viva y la tradición de las personas que viven en un sitio. Su forma de expresión está en la lengua, los sistemas de valores, las tradiciones orales, mitos, creencias, juegos, las artes interpretativas, culinarias, los bailes, la música popular, los rituales, la medicina tradicional, el habitat y todas las obras de creación colectiva que componen una identidad étnica o cultural. Muchos países son conscientes de la necesidad de actuar para salvaguardar sus formas singulares de expresión cultural y esta sensibilización ha aumentado hasta hacerse patente en los órganos directivos de la UNSECO desde mediados de los años 90. Al fin y al cabo la protección del patrimonio tiene que ver con la forma en que cada pueblo valora su propia cultura.
De este modo se les han ocurrido dos formas de salvaguardar el patrimonio cultural intangible. Por un lado se puede transformar éste en una forma tangible mediante la documentación y el archivo. Una especie de ejemplo podría ser la Ilíada, de Homero, que nos da a conocer los hechos y las leyendas que circularon en torno a la guerra de Troya. La UNESCO en cambio apuesta más por mantener las tradiciones vivas en su contexto original. Se trata de transmitir las tradiciones entre generaciones sin caer en la folclorización. Su forma de conseguirlo es ofrecer reconocimiento o incentivos jurídicos, sanitarios o económicos a los grupos o personas que fomentan la cultura inmaterial. Además instan a las administraciones a introducir esta cultura en los planes de estudio y a promover festivales, ferias, concursos o programas de televisión.
En cualquier caso surgen problemas. Una visión nostálgica podría ver el patrimonio cultural intangible como un elemento meramente histórico o estático en el tiempo, sin embargo, se trata de algo dinámico que evoluciona constantemente, debido a su estrecha relación con la vida de las comunidades, por lo que debe ser aplicable a la vida contemporánea, sirviendo además como fuente de creatividad y sin dejar de diversificarse.
Por otra parte está el concepto de su “autenticidad”. ¿Es más auténtico el objeto o el proceso que lleva al objeto? ¿Sigue siendo auténtico un rito una vez pierde sus fundamentos o se convierte en una simple atracción turística? ¿Es lícito conservar puras algunas realidades culturales conociendo las ventajas que la sociedad actual les podría ofrecer? ¿Quién define lo que es autentico, la gente o los especialistas? ¿Cómo se definiría lo que es cultura hoy en día? ¿Es posible mantener ciertas tradiciones en sociedades en las que a penas hay tiempo para ellas? De conservarse, ¿Siguen siendo “auténticas”? ¿No son un lastre al progreso de estas comunidades? Citando al filósofo y antropólogo argentino Nestor García Canclini: “¿No sería una definición posible para el patrimonio entenderlo como el conjunto de cosas por las cuales vale la pena vivir?”. En cualquier caso, eso hay que defenderlo.
21 noviembre 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
He encontrado tu blog y tus post me parecen muy interesantes, sige así. Un saludo!
ResponderEliminarbichitis, sólo quería felicitarte por conseguir el trabajo ¡enhorabuena! con los tiempos que corren es todo un lujo. Un beso
ResponderEliminarTONI (Mira y calla)
Toni!! Puf, tengo esto superabandonado. ¡Acabo de ver tu comentario! Yo te acabo de contestar a uno en tu blog. Te cuento un poco, lo justo tratándose de un comentario en internet.
ResponderEliminarBueno, que muchísimas gracias! Esto va bien. ¡Espero que tú también recibas muchas alegrías!
Un beso!