Hace unos días daba un consejo práctico para eliminar el olor de las manos después de cocinar: frotar con ellas un cuchillo. "Luego las manos te huelen a acero, sin dejar rastro de otros olores", decía, y me preguntaba por qué. Ahora, gracias un amigo al que quiero y admiro muchísimo (¡y espero que leas ésto :)! ya conozco la respuesta, y me dispongo a compartirla.
Para empezar estaba equivocada: ¡Los metales no huelen a nada! Lo que huele son los productos de la reacción que sucede entre los metales y los fluidos corporales como por ejemplo el sudor. Es una reacción tan rápida, que por asociación pensamos que se trata del olor del mismo metal, pero en realidad son aldehidos y cetonas, productos puramente orgánicos que me recuerdan a mi examen de mañana.
Para más información, mirad los artículos a los que enlaza este link. Explican por ejemplo a qué (otras cosas) van a aplicar los científicos este fenómeno.
06 junio 2010
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Me comento yo misma, pero es que así no me quita el sueño:
ResponderEliminarLa reacción no debe ocurrir entre los metales y el sudor. Si así fuera tendría por fuerza que haber metal en los productos. Debe ser que el metal cataliza la reacción, que debe ocurrir entre los distintos compuestos del sudor mismo.
Ya está.