Mi abuela recuerda al trapero de su ciudad. Entraba en las casas, sacaba la basura y luego separaba lo servible para revenderlo. Vivía de eso, y según ella no le iba nada mal. Por eso no recicla alegando que el ayuntamiento se lucra con ello y encima nos hace pagar. A ella ya no le digo nada, pero yo creo que se equivoca. Hoy en día no se trata de separar piezas grandes y echar el resto en cualquier lado, se trata de que unas gigantescas instalaciones industriales procesen cada pedacito desperdiciado para minimizar su impacto sobre el entorno, reducir el consumo de materias primas o, si es posible, generar energía. Según tengo entendido, estas instalaciones son deficitarias para el estado, pero sin ellas nos ahogaríamos en basura.
Ellos reciclan, a nosotros lo que se nos pide es que separemos. ¡Un rollo! Da pereza y sobretodo ocupa un espacio del que no disponemos en la cocina. Sin embargo el hacerlo beneficia al paisaje del que todos disfrutamos, nuestra salud y nuestro bolsillo, así que hagámoslo bien. He hecho estos carteles basándome en un artículo que mandó un amigo hace tiempo al correo. Lo guardé porque, pese a ir de marisabidilla, al leerlo vi cosas que hacía mal. ¡A ver si os sirve! Y si no me alegro aun más.
(Se ven más grandes pinchando sobre ellos)
13 mayo 2010
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Jo! Pues yo echaba al contenedor amarillo cúanto plástico por desechar había!
ResponderEliminarYey! Me gusta mucho este artículo, y tus carteles han quedado la mar de monos. Vienen la mar de bien, que hay cosas que están muy claras, pero yo hay veces que me quedo un rato mirando la papelera antes de decidirme.
ResponderEliminarPor cierto, mi abuela si que recicla!
pues si que sirve si!! que yo también echaba demasiados plásticos al amarillo!!;D
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